Un poema [La tragedia de Satán Capítulo I]

Así es, me dieron ganas de ponerles un poema, pero es algo largo así que voy a ponerlo por capítulos. Hoy les dejo el Proemio y el Capítulo I.

Proemio

En la joda de vivir,
¿Quién puede mas merecer?
¿Quien se jode al escribir,
o el que escribe por joder?

Si tu no quieres lector
ir a saludar a Judas,
por aquello de las dudas
no leas esto por favor.

La tragedia de Satán Capítulo I

Narrador

Astutamente ocultado
en una nube ceniza,
estaba el diablo agachado
cagándose de la risa…

De repente entre las nubes
apareció enfurecido
el gallo mas conocido
de la escala de querubes.

Un poco desconcertado,
Satanás miró perplejo,
bajo el peludo entrecejo
el serafín emplumado…

Satán

¿Qué os traéis, ángel de Dios?
Apuesto y casto querube,
¿No sabéis que en esta nube,
no pueden pararse dos?

Miguel

Hasta tu pinche guarida
vengo a ti ¡Oh rey del mal!
por mandato celestial
para quitarte la vida.

Te he seguido en tus coartadas,
y un solo rato ha bastado
para que tu hayas logrado
¡treinta y dos mil carajadas!

¡Treinta mil excomuniones!
¡mil rijosos destripados!,
¡cien abortos provocados!
y ¡mil maridos cabrones!.

Nos has fregado ya tanto
que el cielo ya está aburrido
pues no hay diablo ni santo
a quién tu no hayas jodido.

Ya estamos hasta el copete
de andar siguiéndote al vuelo,
por cuidarles el ojete,
a los novatos del cielo.

Mas antes de colocarte,
la chinguiza encomendada,
hay la consigna sagrada
de que a huevo he de caparte…

Satán

¡Ora sí que me creció
por andármela jalando!
¡Tú que dijiste! ¿Sí?, pos no,
ya le estamos dimos dando.   

Narrador

Miguel se encolerizó,
tres vueltas le dio a la espada,
y a Satanás le mandó
una terrible estocada.

El diablo nada pendejo,
el jindamazo esquivó
y el ángel cual chango viejo,
sobre la nube azotó.

Ya estaba el pobre hecho bola,
con la espada entre los brazos,
cuando Satán con la cola
le obsequió mil chingadazos.

Miguel

¡De la cola no te valgas
pinche diablo ventajoso,
así serás tu sabroso,
peleando hasta con las nalgas!

Satán

Ahora te aguantas cabrón,
a ver sí así se te quita,
la pinchurrienta mañita,
de andar de lambiscón…

Y en combate feroz,
entre insultos y quejidos,
entre oraciones y aullidos,
se hicieron nudo los dos.

Volaron plumas y pelos
esparcidos por el viento,
ensuciando en un momento
la dulce faz de los cielos…

Bueno, por ahora es todo. Si les gusta subo el segundo capítulo, son 3 pero todos son como del calibre de este. Recuerdo que recitaba pedazos de está en clase de literatura, hasta que el profesor me dijo “Bueno, ¿qué tanto dices tu?” y lo demás pues es consecuencia lógica [490].

Creo que la parte que más me divierte es el proemio, sobre todo en los versos de ¿Quién se jode al escribir, o el que escribe por joder?