Para poder contestar esta pregunta necesitamos entender antes que nada el termino de “verdad” y pasarlo al campo de lo “absoluto”, esto porque de no ser así nos estaríamos prestando a que después de desarrollar todo el argumento fácilmente se viera menguado con la pregunta de “Y entonces ¿Qué es la verdad?”.
Por verdad podemos definirla como “La adecuación del intelecto con la realidad” y lo absoluto puede ser aceptado como “Algo entero, completo, que no está dividido”, lo que nos lleva a poder decir que una verdad absoluta es una “Adecuación total de lo que se piensa con lo que es, y esto a su vez es único, es decir no hay quien se le oponga”. Es necesario tomar en cuenta que no existe una definición única de verdad, pero esta es, por decirlo de una forma, la más aceptada.
Ya definido lo que es necesario podemos partir hacia donde necesitamos, esto es, a responder la pregunta planteada “¿Es posible conocer verdades absolutas?”. Lo cual podría o no delimitarse preguntándose si hablamos del ámbito de la razón teórica o de la razón práctica, pero por fines de facilitar las cosas veo necesario hacerlo.
Si nos enfocamos en el “ámbito de la razón teórica” nos damos cuenta fácilmente que las verdades absolutas son reales aquí, ya que se reduce a métodos los cuales están conformados por pasos y simplemente termina ahí, para llegar a una verdad absoluta en el ámbito de la razón teórica solo hace falta seguir los pasos que corresponden al método que se va a utilizar. Podemos ejemplificar lo anterior con el método Cartesiano, que consta (como todo método) de los siguientes pasos:
- Si no hay certeza no se considera como verdadero, para encontrar la certeza hay que dudar de esta.
- Para conocer algo hay que descomponerlo, de forma exhaustiva y profunda.
- Analizar desde lo más sencillo hacia lo más complejo.
- Enlazar lo concluido que deberá ser igual a certeza.
Este método nace a partir de dos actitudes que se pueden tomar al momento de conocer algo, prejuzgar o precipitarse. Para eliminar estas dos no se debe tomar por cierto algo de lo que no se tenga experiencia propia y a la vez se deben pensar las cosas con el detenimiento suficiente.
Pero, ¿Por qué si funciona el método cartesiano en el ámbito de la razón teórica? Esta es la pregunta central del asunto, la respuesta esta mucho antes de que Descartes pisara la Tierra, remontándonos a los Físicos, antes de Sócrates ya se hablaba sobre la forma de actuar de la naturaleza, se hablo de que la naturaleza “Sin ser racional, actúa racionalmente” y aun más evidente fue que todo en la naturaleza actúa bajo un mismo principio, cada acontecimiento tiene su origen en algún otro o en alguna condición previamente existente, es decir es necesario que suceda algo para que suceda lo siguiente, en pocas palabras hablamos de un principio de necesidad característico de la naturaleza.
El principio de necesidad, a pesar de ser el principio de la naturaleza como tal, no es el único que existe. Para definir esta situación aparecieron los Sofistas, de igual forma antes que Sócrates pero después de los Físicos. A ellos se les considera como los primeros humanistas, ya que ellos dejaron de ver la forma de actuar de la naturaleza que ya estaba definida y se dedicaron a la forma de actuar del hombre.
El hombre no actúa por el principio de necesidad, de ser así nos estaríamos negando la libertad que gracias a la razón tenemos, ya que somos libres de instintos; todo lo que escogemos hacer es eso, una elección no una predisposición. A esto le llamamos principio de libertad, este principio (así como el principio de necesidad es de las cosas cuantitativas, con extensión) es característico de sujetos de razón, y siendo el ser humano el único sujeto de razón que camina sobre la tierra es característica del hombre.
En la antigüedad los hombres eran capaces de encontrar verdades absolutas tanto para la naturaleza como para los hombres, muchas veces las verdades absolutas para los hombres eran dadas por la autoridad de alguien más o por métodos diferentes a los usados para alcanzar las verdades absolutas en lo teórico.
Podemos concluir diciendo simplemente si es posible alcanzar verdades absolutas, donde debemos prestar especial atención es en los métodos de alcanzarlas y en las formas mediante las cuales pueden cuestionar las verdades ya mencionadas.
¿Fue Sócrates un sofista?
Partiendo de la definición que aparece en el Diccionario de la lengua española podemos concebir a los sofistas como “Maestro de retórica que, en la Grecia del siglo V a. C., enseñaba el arte de analizar los sentidos de las palabras como medio de educación y de influencia sobre los ciudadanos”, si partimos de la definición tal cual podemos darnos cuenta de que Sócrates no era un sofista, el no se dedicaba a la enseñanza como uno de sus fines, a él se le podía ver conversando con los demás ciudadanos con el afán no de imponer una idea sino de que con la ayuda de su interlocutor pudieran llegar a un conocimiento más profundo.
Los sofistas incluso eran quienes se jactaban de ser ellos los que sabían, mientras que Sócrates siempre presento una actitud que puede ser confundida fácilmente con ignorancia pero no lo era, era una actitud de humildad en la que él no lo sabía todo, pero buscaba la forma de aprender cada vez mas.
Incluso podríamos hacer una declaración muy atrevida fundamentándonos en la definición de sofisma que nos da el diccionario que ya mencionamos; “Razón o argumento falso con apariencia de verdad”, tomando en cuenta que los argumentos de Sócrates no son falsos, sino todo lo contrario vemos que Sócrates no se valía de sofismas, y profundizando en la definición de Sofista del mismo diccionario tenemos otra que dice “Que se vale de sofismas”, luego entonces Sócrates no fue un sofista.
¿Por qué es mejor sufrir una injusticia que cometerla?
Dado a que ya hemos estado analizando a Sócrates anteriormente caeríamos en un error si cortamos este hecho abruptamente, por eso es que utilizaremos lo que Platón nos expone sobre Sócrates para responder a la pregunta planteada.
Para Sócrates está claro que el mejor de los bienes es la justicia por lo tanto el peor de lo males (en el otro extremo) debe de ser la injusticia, luego es preferible sufrir una injusticia a cometerla.
Sócrates sostiene que lo que es bello y bueno es lo justo, mientras que lo feo y malo es lo injusto, partiendo de esto podemos interpretar la pregunta como “¿Por qué es mejor sufrir actos feos y malos que cometer un acto feo y malo?” .
Cometer una injusticia, que no solo es feo sino también el peor de los males es actuar, obviamente, mal y el actuar mal es ir en contra del bien, estando la naturaleza humana alineada con el bien es actuar en contra de esta. Luego cometer una injusticia es actuar contra la naturaleza de uno mismo.
¿Es un abogado un sofista?
Parece ser que ya tenemos una costumbre de basarnos en el diccionario para responder estas preguntas, cosa no del todo buena pero sirve para darnos una idea de la realidad de las cosas; por sofista podemos entender que un sofista es alguien que se vale de argumentos falsos con apariencia de verdaderos. Ahora es preciso preguntarnos ¿un abogado utiliza argumentos falsos aparentemente verdaderos?
Al parecer tenemos una definición incompleta de sofista, dado a que nos dice de que se vale, pero siempre alguien se vale de algo para alcanzar algo más, ¿Qué es ese algo que el sofista quiere alcanzar? La historia nos dice que lo que busca, por medio de manipular a la gente usando sofismas, son sus propios fines; un abogado de verdad no busca sus fines, busca los de su cliente.
Podemos concluir que un buen abogado busca los fines de su cliente, un mal abogado busca los propios, luego un mal abogado puede ser un sofista y un buen abogado no puede serlo, partiendo, claro, de lo mencionado con anterioridad.
Bibliografía:
- ¿Es preferible sufrir injusticia que cometerla? El Gorgias, obra cumbre de la filosofía jurídico-política, Venustiano Reyes Reyes, pp. 244-248.
- www.rae.es
- Diálogo “Gorgias o de la retórica”, Platón, Editorial Concepto 1978, México D.F.